La gastronomía, la sección que más ha costado levantar tras el incendio en el centro de abastos, optó por instalarse de forma individual.
Ante los intentos infructuosos de encontrar un lugar para permanecer juntos, como lo hacían en el Mercado Modelo de Temuco, dos locatarios se instalaron en restaurantes de forma independiente.
Rescatando los mismos nombres de los locales que tenían en el patrimonio de la capital regional – destruido por un incendio la noche del 20 de abril- El Criollito y El Turista llevan adelante una carta similar a las original: comidas típicas, productos del mar y desayunos, todo en un lugar donde también se conservan algunos detalles que permanecían en sus puestos originales.
«Como una terapia»
En calle Andrés Bello 471 del centro de Temuco, lo que hasta hace tres meses se mantenía como el puesto de comida japonesa Sama Sushi, hoy surge «El Criollito del Mercado», un puesto que intenta continuar su legado que partió en el centro de abastos el año 1956 y que ya cumple 60 años.
El local abrió el 12 de septiembre con timidez, pero se fue afiatando cada vez más con su público nuevo, tanto como con los antiguos visitantes del puesto original, quienes como nota Marcela Sanhueza, dueña actual del recinto, son fieles a su restaurante que funciona de 11 de la mañana a las 23 horas.
«Debo agradecer al público que teníamos (en el Mercado) que, a pesar de no tener estacionamiento (en Bello), llega igual. Se las arregla. Nos dicen «los echábamos de menos, qué rico volvernos a ver, por fin nos encontramos», consignó la empresaria, quien trabaja junto a su hermano José y a su madre Ermelina Acuña.
Una ollita de fierro, unas barras metálicas para repisa y hasta servicios quemados son lo único que lograron rescatar de las cenizas. Todo el resto lo tuvieron que conseguir con recursos propios y los de los seguros que cubrían los locales destruidos por el fuego.
«Nos apuramos mucho en querer hacerlo porque también fue como una terapia para mi mamá, porque ella sufrió con el Mercado. Ella se preocupó de que se viviera este espíritu de superación», contó Marcela Sanhueza.
La demanda de platos, asegura la dueña, recorre los típicos nacionales. «Todos vienen a preguntar por la paila marina, el curanto, la plateada, la cazuela, las guatitas. Todo lo que nosotros vendíamos en el Mercado, se vende», dice Marcela Sanhueza.
Aquí las guatitas tienen un valor de $4.800, las cazuelas de $3 mil (de ave) a $4 mil (de cordero), y la plateada al jugo entre $5.500 (con arroz o puré) y $7.500 («a lo pobre»). Todos los platos incluyen las infaltables sopaipillas con pebre.
«Nos proyectamos»
En tanto, en calle San Martín, a la altura del 0628, se ubica el restaurante «El Turista», el cual nació en 1985 y quedó como herencia de su madre a Gerardo Contreras, quien hoy atiende en su nuevo local que comenzó a funcionar en agosto.
Este local, al igual que «El Criollito», surgió gracias a lo recaudado con el seguro, aunque también espera conseguir la ayuda financiera de Sercotec. «Esto tiene que haber costado más o menos sobre los 25 millones de pesos (…) sólo recursos personales», contó Gerardo Contreras.
El locatario dice que junto con sus seis trabajadores -también de Mercado- buscan establecerse en ese lugar, independiente de lo que ocurra con el futuro centro comercial. «Nos proyectamos a largo plazo porque, de aquí a que tengamos novedades con un Mercado futuro, pueden pasar cuatro años, entonces el compromiso que tenemos nosotros es echar a andar este local de buena forma, que continúe», asegura.
Si bien la oferta gastronómica es transversal en «El Turista», su fuerte, dice Gerardo Contreras, son los frutos del mar. «Todo lo que sea referente a mariscos y pescados está acá. Salmón, congrio, merluza española, curanto y pailas marinas todos los días de la semana», indica.
En este lugar, los agregados se pagan aparte ($2 mil por papas fritas o cocidas, puré o arroz, $3 mil «a lo pobre»), mientras que los pescados se ofrecen fritos o a la plancha, con valores que parten de los $3 mil -la merluza- a los $4 mil -congrio o salmón-. El ceviche, en tanto, cuesta 6 mil pesos.
En ambos restaurantes sus dueños y encargados concuerdan en que el compromiso con sus visitantes está unido por un vínculo potente, lo que los obliga a instalarse con prontitud, para decir que siguen en pie. «Teníamos que hacerlo porque es nuestro público. El público se respeta. Gracias al público uno vive», expresó Marcela Sanhueza.
Futuros proyectos
La calle San Martín también será el hogar de otros dos locales que pertenecían al Mercado y que están preparando su pronta apertura: «La Caleta» y «Milú», representada por los dueños de los restaurantes «Brisa Marina» y «Mastique».
Miriam Mayorga, dueña de «Milú», dice que su local ocupará uno de los puestos del Centro Comercial Doña Josefa. «Estoy con los trámites de la Municipalidad, y espero unos 15 a 20 días estar ya funcionando», indicó Mayorga.
La locataria además dice que apostará en su carta por productos marinos pero con un toque gourmet, en la que dice incluir «un rico caldillo de congrio, pero le agregaría camarones (…) No va a ser una comida tan de paso».
En tanto, Jenniffer Iturrieta, una de las propietarias del restaurante «La Caleta», asegura que tendrán un local en calle San Martín 0204, en la esquina de calle San Carlos, en un recinto donde se ubicaba la cervecería «Valtor».
«Estamos aproximadamente hace un mes y medio en este proceso, trabajando en renovar y rehabilitar el local, y la idea es funcionar a más tardar en el mes de diciembre. Si se puede antes, mejor», indicó la empresaria Iturrieta.
El presidente de la Agrupación Gastronómica del Mercado Modelo, Daniel Araneda, dijo que la alternativa de instalarse en un recinto de calle Lautaro en la ciudad de Temuco, se esfumó. En esa línea respalda la decisión de instalarse individualmente.
Fuente: Austral Temuco