Cuando la artesana Norma Calvulaf era una niña, su abuela solía incentivarla a agarrar las telarañas de los árboles que, con la luz del amanecer, cargadas de rocío, parecían de plata. “Nos decía que nos sobáramos las manos con ellas y que reventáramos las arañas para así sacarles su talento tejedor y quedarnos con ese don entre los dedos”, recuerda.
Hoy, ese talento se refleja en una manta tejida a través de la técnica del ñimin, donde en el telar la artesana va seleccionando hilos para ir dibujando patrones que representan la cosmogonía del pueblo de quien lo porta. Una especie de texto encriptado en hilos. Por eso, se dice que las mantas cacique y los trariwe -cinturón femenino- son los libros de la cultura mapuche. Y sus textos, dueños de un lenguaje que hoy pocas saben “escribir”. Pocas, porque quienes dominan la técnica textil son mujeres: tejedoras expertas que reproducen con habilidad la iconografía ancestral de su pueblo que, con la llegada del mundo moderno, y en el afán de simplificar pasos, innovar o comercializarlas, ha ido extraviando su significado. Lo mismo ocurre con la habilidad de esquilar, lavar, escarmenar, hilar, torcer, teñir, amarrar, tejer en el witral o telar mapuche.
Para ir en rescate de ese conocimiento y revalorizarlo, Fundación Artesanías de Chile -que forma parte de la red de fundaciones de la presidencia- convocó a 17 textileras de La Araucanía a conocer una valiosa colección patrimonial de más de 200 mantas y trariwe, donadas o adquiridas por el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) entre 1869 y 1973 en diferentes localidades de la Región de La Araucanía.
Así, en mayo de 2019 las textileras viajaron desde las localidades de Cholchol y Padre Las Casas hasta Santiago. En el museo pudieron ver, tocar y leer la historia tejida por sus antepasadas. Conmovidas, eligieron y fotografiaron las que serían su inspiración. “Estaban impresionadas de la perfección que conseguían sus ancestras”, dice el antropólogo Miguel Ángel Azócar, quien les enseñó la colección. “Fue importante que pudieran acceder a este patrimonio, porque ellas son quienes más y mejor pueden comprenderlo”.
Tras la visita, las artesanas crearon mantas y trariwe, usando técnicas tradicionales como el ñimin y trarikan (donde el tejido se hace siguiendo las guías del teñido por amarre). Y así, con el apoyo de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), dieron vida a la colección “Herederas del Llalliñ” que, en el marco de la celebración del Día del Patrimonio 2020, Artesanías de Chile acaba de poner a la venta en su tienda online www.artesaniasdechile.cl.
Por su valor, las piezas se hacen solo a pedido. Quien las encargue se llevará de regalo el libro que recopila la historia del proyecto y de las 17 artesanas que participaron en él.