El último tramo, de poco más de 30 kilómetros, cerró el domingo con las embarcaciones tocando tierra en la zona costera, uniendo así la cordillera con el mar.
Pasado el mediodía, un grupo bastante inusual de gente se agrupaba en la calle principal de Caleta La Barra que da al río Toltén. Pese a la lluvia, algunos con binoculares otros subiéndose el cuello de sus chaquetas, se instalaron en el pequeño muelle de cemento, a la espera de ver alguna señal de la llegada de las embarcaciones de la Gran Travesía.
Pasadas las 15 horas, la primera embarcación apareció en el horizonte. 20 minutos después, entre los aplausos de la concurrencia apostada en Caleta La Barra, uno a uno comenzaron a llegar los kayaks y las balsas de rafting. Felices y extenuados, los navegantes fueron levantando sus remos, saludando a sus familiares y amigos que les esperaban tras 4 días de recorrer íntegramente el río Toltén, en un viaje de 180 kilómetros donde tuvieron sol, frío, lluvia, viento y granizo.
Eduardo Tello, parte de la organización de la travesía y navegante desde el primer día hasta el último, señaló que «fue una experiencia increíble, es formar parte de la historia hacer este primer recorrido por la cuenca del Toltén, contra viento y marea, porque tuvimos hasta granizos en la última etapa. Estoy feliz de haber participado de esto».
Las dos últimas jornadas fueron las más duras, el sábado cubriendo 86 kilómetros, y ayer con granizos y viento. Así lo asegura Pedro Quezada, instructor de velerismo, quien indicó que «el sábado recorrimos más de 80 kilómetros, fue exigente, y a la llegada de hoy tuvimos bastante viento. Yo he vivido toda mi vida en Brasil, por lo que esta experiencia ha sido maravillosa, el conocer estos paisajes tan distintos. Hacer una travesía con gente tan involucrada en realizar sus objetivos fue fantástico».
Aventura
Juan Carlos Pereira, a sus 58 años, se embarcó sin dudarlo en la aventura. «Fue un respiro grande, un premio ver a lo lejos Caleta La Barra», señaló, feliz.
Sergio González, presidente de Corptoltén, señaló que «estamos felices, tras meses de organización, de haber cumplido el desafío. Fue una gesta casi heroica, superamos todas las adversidades, unimos a distintas organizaciones de la cuenca y creemos que es un hito para la zona y para el turismo de la Región».
Los extenuados participantes disfrutaron de la bienvenida a orillas del mar. Detrás quedaban 4 días de remo, que partieron bajo los puentes de Villarrica, a 180 kilómetros de distancia.
Fuente: Austral Temuco.