En el contexto de la explosión registrada el 10 de julio pasado en el volcán Villarrica, un equipo de Sernageomin compuesto por las geólogas María Angélica Contreras y Gabriela Pedreros, y el funcionario de apoyo logístico Sergio Echeverría, se trasladó hasta el macizo para obtener muestreo de productos eruptivos y realizar observaciones en terreno de sus impactos.
Dos días después, el 12 de julio, se hizo fundamental ir a analizar en superficie los efectos de la última explosión del Villarrica, cuya energía fue superior a lo observado previamente en el último periodo, sostuvo Contreras, quien agregó que “el estudio de las rocas asociadas a este evento permitió complementar la información obtenida desde nuestra red de monitoreo y profundizar en las interpretaciones respecto a la actividad del volcán”.
Todo el material recolectado por las profesionales se analizó en dependencias de Sernageomin, es decir, en el Observatorio Volcanológico los Andes del Sur (OVDAS) y en el Laboratorio, ubicados en Temuco y Santiago, respectivamente. Esto, sumado a imágenes satelitales, permitieron determinar la disminución del perímetro de seguridad del volcán Villarrica de dos a 1.5 kilómetros.
Por último, la profesional destacó el gran apoyo recibido por parte de Conaf. “Fueron un pilar fundamental en el éxito del terreno. Nos transmitieron valiosa información proveniente de sus observaciones diarias recorriendo el sistema volcánico”, puntualizó Contreras.