Sobreexplotación de su semilla entre afuerinos e incendios atentan contra su regeneración. Para protegerla se creará decreto de veda para cosecha del piñón, que no incluirá a los pehuenches.
“Si hacemos una analogía, tener araucarias es como tener dinosaurios de los cuales no nos estamos preocupando lo suficiente. Son fósiles prehistóricos y el bosque más antiguo en su origen sobre el planeta. Un patrimonio natural incalculable que sólo existe en Chile, y una menor parte en Argentina”, relata el investigador de la U. de La Frontera (Ufro), Rubén Castillo. Fue precisamente el equipo de científicos que él lidera el que convenció al Ministerio de Medio Ambiente para iniciar el proceso de modificación al estado de conservación de la araucaria, de “especie vulnerable” al de “especie en peligro de extinción”. Paradojalmente, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ya la tiene incluida en su lista roja de las especies en peligro de extinción, a diferencia de Chile, cuestión que cambiará en el proceso 2017 de clasificación de especies, ya que la postulación para el proceso 2016 ya se cerró.
Para ello, Medio Ambiente ya inició la recopilación de los antecedentes para que se apruebe la nueva clasificación.“Esta considera un plan de recuperación y manejo (de la araucaria) más estricto”, precisa Alejandra Figueroa, jefa de Recursos Naturales de la cartera.
El gobierno y los científicos de la Ufro coinciden en los dos factores que en los últimos años han puesto en grave peligro la capacidad de regeneración y repoblamiento de esta especie milenaria. “Por una parte están los grandes incendios como el de Malleco (2002) o el de la Reserva Nacional China Muerta (2015), donde miles de araucarias fueron arrasadas. Sólo en China Muerta, 500 mil araucarias desaparecieron. Y por otra parte, la cosecha indiscriminada de su semilla (piñón o pehuén) por personas no mapuches. Eso hay que regularlo en forma urgente”, plantea Castillo.
Los piñones , base alimenticia de los pehuenches (gente del pehuén) en la alta cordillera, hoy pueden verse apilados a granel en los supermercados de la capital. Sin embargo, su cosecha hoy en día no está regulada, y en la práctica cualquiera puede ingresar al bosque, “apalear” una araucaría, recoger sus piñones y venderlos. “Estamos preocupados porque ancestralmente lo hemos utilizado para subsistir, para alimentarnos, no para lucrar. En mi comuna los afuerinos no respetan nada, van con rifles, hondas, palos y escaleras a botar piñones haciendo mucho daño”, denuncia Jorge Roa, dirigente pehuenche de Catripulli, en Currarehue (IX Región).
Necun Painemal, académico e investigador de la cultura mapuche, explica que para los pehuenches la araucaria es también un árbol sagrado, como el canelo, del cual viven y honran en cada ceremonia. “Ellos no cosechan todos los años, esperando una producción alta, para así almacenar por varios años y, en los años intermedios, los que caen al suelo se dejan como semilla para que el bosque renazca. Lo que pasa ahora es que los afuerinos en su ignorancia se está llevando la semilla, sin pensar en el futuro del bosque. Eso en la cultura mapuche no pasa”, precisa Painemal.
Según Castillo, del total de la superficie de araucarias, 253 mil hectáreas, sólo un 48% está dentro de áreas protegidas. Además, como especie primitiva le cuesta más competir con la flora moderna a la hora de repoblar, y aún más en terrenos estériles por efecto del fuego. “Hay muy pocos guardabosques para miles de hectáreas. Hoy es muy fácil sacar piñones y nadie se da cuenta. El Estado tienen que invertir más en fiscalización”, dice el alcalde de Lonquimay, José Guido Barría.
Por eso, proteger el pehuén es clave, y en ese sentido se regulará su cosecha estableciendo períodos de veda, igual que en Argentina. Allá, pese a contar con sólo un 25% de las araucarias (el 75% está en territorio chileno), todas están protegida en parques nacionales y sólo se puede cosechar durante 10 semanas al año, con cuotas por persona y con métodos regulados para no dañar el árbol. La misma medida se implementará en Chile, restricción de la cual estarían liberados los pehuenches.
“Se le va entregar exclusivamente al pueblo mapuche la autorización para hacer las cosechas, porque ellos saben cómo hacerla y dependen de este fruto como forma de vida”, puntualiza el diputado Fernando Meza (PRSD), quien ha impulsado la iniciativa junto a la Ufro.
Meza también pedirá formalmente a la Conaf que se revisen las políticas de repoblamiento de esta especie. “Tirar piñones desde un helicóptero para repoblar China Muerta como se hizo este verano, fue un gastadero de plata inútil y un engaño. Las araucarias no se plantan así”, dice el parlamentario.
Al respecto, Rodrigo Pedraza, gerente de Fiscalización de Conaf, aclara que “este método es una de las diferentes líneas de trabajo de restauración que se están haciendo en China Muerta. Lo esperable es llegar a un 20% de germinación y prendimiento”.