El presidente de la ONG Brotes, Max Monreal, señaló que sostendrá una reunión con el ministro de Transporte, la cual fue gestionada por el diputado Juan Carlos Beltrán.

Con el objetivo de poder reactivar el ramal férreo que va desde Púa, en la comuna de Victoria hasta Lonquimay, es que, a petición del presidente de la ONG Brotes, Max Monreal, el diputado por el Distrito 22, Juan Carlos Beltrán Silva, gestionó, para el próximo jueves 2 de junio, una reunión con el ministro de Transporte, Juan Carlos Muñoz.

La información fue dada a conocer por el presidente de la ONG Brotes, Max Monreal, quien explicó que el diputado Beltrán lo acompañará a la cita en donde piensa plantear que este ramal de tren sería de gran ayuda para activar el corredor bioceánico, mejorar el tema de transporte de carga y pasajeros.

“Estamos aprovechando los anuncios —indicó— del presidente Boric que habló de recuperar el tema del tren; la idea nuestra es no esperar hasta el fin del mandato para poder plantearle, sino que como anunciaron algo y está sobre la carpeta, queremos poner sobre la misma carpeta recuperar el ramal Púa-Lonquimay que ya está la faja vía y está esperando que la recupere un gobierno consciente, que piense más en la gente”.

Monreal destacó que ya en otros países, como Argentina, ha habido inversión de parte de China, para recuperar y reactivar las vías férreas del país.

“El ahorro es sustancial —destacó el Presidente de la ONG Brotes— tanto para los empresarios como para el Estado; el sentido común dice que este anhelo histórico del tren bioceánico es más económico, es la segunda pata lo que pedimos nosotros, queremos recuperar lo que ya existe; la idea es que las cargas lleguen por Pino Hachado, que en Lonquimay exista un terminal bimodal donde los camiones dejen los contenedores en un convoy y estos se trasladen a través del tren”.

A su modo de ver, si se acoge el proyecto podría estar funcionando en alrededor de un año lo que mejoraría el tiempo del transporte, contribuiría con el medio ambiente ya que transitarían menos camiones, lo que además alargaría la vida útil de las carreteras que, además serían más seguras al haber menos vehículos pesados circulando.

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