El Ministerio de Bienes Nacionales ha informado que cuatro parques nacionales de la región han sido priorizados para la creación de concesiones turísticas. Esta es una iniciativa que también considera otras áreas protegidas del país, partiendo por el Parque Nacional Radal Siete Tazas en la Región del Maule. Pese a que se ha insistido en que las licitaciones contemplan minimizar el impacto sobre los ecosistemas, es incierto que efectivamente puedan cuantificar y anticipar todas las variables asociadas al desarrollo turístico que pueden amenazar los objetivos de conservación de estas áreas.
Lo más preocupante de este anuncio es el evidente desequilibrio que existe a nivel de políticas públicas entre medidas que promueven el desarrollo turístico y aquellas medidas que promueven la conservación de la biodiversidad. Para este último objetivo no existen anuncios, medidas o recursos.
Conviene recordar que el sistema de áreas protegidas del estado tiene como misión prioritaria la conservación in situ de nuestro patrimonio natural. Esta conservación en la actualidad enfrenta importantes desafíos que no son adecuadamente enfrentados, básicamente por falta de un adecuado financiamiento. Entre los desafíos está precisamente el incremento acelerado de la visitación que, a su vez, presiona la creación de nueva infraestructura que termina impulsando nueva demanda. ¿Hasta qué punto esto es compatible con los objetivos de conservación?
El sistema de parques requiere un incremento significativo de su presupuesto, no a través de concesiones o de filantropía, como también ha planteado el Director Ejecutivo de Conaf, sino a través de financiamiento estatal que garantice, entre otras cosas, una mayor dotación de guardaparques, la implementación efectiva de los planes de manejo de cada una de estas áreas, la restauración de áreas protegidas quemadas como RN China Muerta y el control especies invasoras, dentro de las cuales los perros asilvestrados son una de las más serias.
Mucho nos preocupa que esta estrategia de aumentar las concesiones, tenga por finalidad reducir gradualmente el financiamiento estatal directo e incrementar el financiamiento indirecto privado vía entradas de turistas, que ya alcanza casi al 50% de los recursos anuales de que dispone el sistema de parques. Estos anuncios no hacen más que revelar el poco compromiso real que tienen las autoridades con la conservación de la biodiversidad.